Archivo de la categoría: Nanorrelatos

No se preocupe, soy infalible, le dijo el lanzador de cuchillos. Gracias al gran Fernando Vicente por recortarle las palabras que le sobraban. Si alguien no conoce aún su blog debe visitarlo: http://www.fernandovicente.me/

Su relación empezó a enfriarse cuando a él le congelaron el sueldo.

Tras ser torturado durante más de diez horas, confesó que era sadomasoquista.

Cuando se subieron al tren no sospechaban que lo suyo iba a ser un amor pasajero.

La marioneta no trabajaba gratis: en cada función cobraba vida.

Todas las noches, para conciliar el sueño, el oso dormía abrazado a un niño.